Cómo nos ayudan los gritos a comunicarnos
En los primates, los gritos se utilizan con frecuencia como una señal de alarma. Conflictos sociales, presencia de depredadores, amenazas ambientales… Ciertas especies usan diferentes gritos para señalar diversos peligros. Un grito puede avisar de una amenaza aérea, y otro grito avisa de rivales. Los humanos, a partir de esa base, evolucionamos nuestro sistema de comunicación. En algún momento adquirimos la capacidad de entender y compartir ficciones. Pero seguimos conservando un rezago de otro tiempo. Por eso es bueno saber cómo nos ayudan los gritos a comunicarnos.
Oculto en el grito
¿Hay en nuestros gritos información que no percibimos? Ese es el tema de un nuevo estudio. Se titula Neucognitive processing efficiecy for discriminating humans non-alarm rather than alarms scream calls. Se publica esta semana en la revista PLOS Biology.
Gritamos cuando tenemos miedo, sentimos una amenaza o debemos alertar de un peligro. Pero sucede con otras emociones también. Por ejemplo, desesperación, alegría o euforiaEso menciona el equipo dirigido por Sascha Frühholz. Trabaja en la Universidad de Zúrich.
¿Qué expresamos cuando gritamos? Y, sobre todo, ¿qué es percibido por los demás cuando lo hacemos? Frühholz es experto en neurociencia cognitiva y afectiva. Diseñó 4 experimentos. Pidió a 12 participantes que vocalizaran diversos gritos que pudieran ser provocados por diversas situaciones. Posteriormente, un grupo diferente de individuos calificó la naturaleza emocional de los gritos. Y los clasificó en diferentes categorías. Todo ello mientras eran sometidos a una prueba de resonancia magnética.
Datos psicoacústicos
La psicoacústica es la disciplina relacionada con este experimento. Estudia la relación entre las características de un estímulo sonoro y la respuesta psicológica que provoca. Los resultados revelaron seis tipos de gritos psicoacústicamente distintos. Estos indicaban dolor, ira, miedo, placer, tristeza y alegría. ¿A qué estímulo los oyentes respondieron con mayor rapidez y precisión? A los gritos positivos, y no a los que denotaban una situación de alarma. Los gritos menos alarmantes provocaron más actividad en muchas regiones cerebrales auditivas y frontales. Frühholz señala que los resultados del estudio son sorprendentes.
«Hasta ahora suponíamos alertar de amenazas era el propósito principal de la señalización comunicativa en los gritos. En los humanos no es así. Esto representa un paso evolutivo importante», continúa.
Los humanos comparten con otras especies el potencial para señalar peligro cuando gritan. Pero, ¿gritar para también señalar emociones positivas como la alegría y el placer? Es algo exclusivo de nuestra especie. «Priorizamos estas emociones positivas en forma de grito sobre las señales de alarma. Entender cómo nos ayudan los gritos a comunicarnos habla de nuestra capacidad evolutiva», concluye.