Los científicos tienen una teoría sobre cómo comenzó la vida en la Tierra: los meteoritos que bombardearon nuestro planeta trajeron consigo compuestos simples basados en carbono llamados aminoácidos. Con el tiempo, poco a poco, estos productos químicos se combinaron para hacer células, que entonces eran capaz de replicarse y convertirse en complejas formas de vida. Sin embargo, los expertos no entienden muy bien los mecanismos mediante los cuales las primeras formas de vida evolucionaron; aunque estas células eran capaz de replicarse, aún no estaban ‘vivas’. Ahora, un equipo de biólogos japoneses ha creado células artificiales similares a las que pudieron haber en la Tierra en un inicio, para comprender mejor cómo pudieron empezar a dividirse y desarrollarse, de acuerdo con un estudio publicado hoy en Nature Communications.
Los investigadores hicieron una «protocélula» sintética hecha de ADN y las empaquetaron dentro de lípidos, que son compuestos grasos destinados a imitar la membrana celular. Estas esferas no están vivas, pero el ADN dentro de ellas contienen «instrucciones» para replicarse. Al cambiar el pH del entorno, los investigadores fueron capaces de activar las células, y estas comenzaron a dividirse. Pero la parte más difícil fue la reposición de este lípido para que las células pudieran reiniciar de nuevo el proceso de duplicación. Para solucionar este problema, los investigadores diseñaron que las células sintéticas recién divididas combinaran con otras estructuras similares a células cercanas.
Los investigadores creen que su modelo podría imitar a los precursores de la vida. Sin embargo, el estudio dejó algunas preguntas importantes sin respuesta. Los investigadores aún no están seguros acerca de cómo influyen los genes de las protocélulas, o como ocurrieron las primeras mutaciones. Esperan crear modelos más sofisticados en el futuro para investigar más a fondo y resolver todas las dudas.
