Las experiencias extracorpóreas fueron la piedra angular de la espiritualidad y el misticismo, pero la ciencia ha decidido dar una explicación. Y no han tardado mucho en señalar al culpable: el oído.
Un nuevo estudio de la Universidad de Aix-Marseille, en Francia, y publicado en la revista Cortex, sugiere que las personas tienen una «mayor incidencia» en las experiencias extracorpóreas si sufren mareos y problemas con el oído interno, conocidos como trastornos vestibulares periféricos. Además, la mayoría de los pacientes solo tienen estas experiencias cuando antes han sufrido mareos.
Aunque hay matices que diferencian las experiencias extracorpóreas entre personas, las aúna la sensación de sentirse como si estuvieras flotando fuera del cuerpo en un estado de sueño lúcido. Muchas personas afirman tener estas experiencias en experiencias cercanas a la muerte o un trauma físico extremo.
Uno de los pacientes de este estudio explica la sensación de sentirse como «si estuviera fuera de mí mismo»; otro afirma que sentía que «estaba dividido en dos personas, una que no había cambiado de postura y otra que se iba hacia la derecha, mirando algo hacia fuera, antes de que ambos se unieran y desapareciera la sensación».
Los investigadores, dirigidos por el neurocientífico Christophe López, compararon 201 pacientes que sufrían de mareos con 210 ancianos sin antecedentes de mareos. De los que experimentaron mareos, el 14% dijo que había tenido experiencias extracorpóreas; entre los sanos, solo el 5% reportó haberlas tenido. Muchos de los pacientes que tenían tanto mareos como experiencias extracorpóreas también habían sido diagnosticados con depresión, ansiedad, pérdida de identidad o migraña.
Los expertos creen que este hecho se produce por el sistema vestibular en el interior de la oreja, que ayuda a controlar el equilibrio y los movimientos de los ojos. Los problemas con este sistema a menudo causan mareos, sensaciones giratorias, aturdimiento, sensaciones flotantes y dificultad para enfocar los ojos.
