Japón quiere llegar al manto terrestre
Japón quiere comenzar una expedición para llegar donde ningún humano ha llegado todavía: el manto de la Tierra. La Agencia de Japón para Ciencias Marinas y Tecnología (JAMSTEC) planea perforar un agujero de 6 kilómetros empezando por la corteza oceánica para alcanzar, por primera vez, el manto. Un equipo de investigadores del JAMSTEC llevará a cabo un estudio preliminar en las aguas de Hawaii en septiembre de este año.
«Todavía hay cuestiones por resolver, en particular el coste», afirma Susumu Umino, profesor de la Universidad de Kanazawa, en declaraciones a un medio japonés. «Sin embargo, el estudio preliminar será un gran paso para este proyecto, que nos hará entrar en una nueva etapa».
Aunque no se sepa el «precio» final, se cree que rondará los 540 millones de dólares, y se llevará a cabo por Chikyu, un buque de perforación en aguas profundas japonesas. Los investigadores esperan iniciar la misión a principios de la década de los 20, rozando el 2030 como muy tarde.
También se está considerando perforar dos sitios: uno frente la costa de México y otro en Costa Rica. La corteza oceánica es mucho más delgada que la corteza continental, que tiene un prmedio de 20 kilómetros.
Este proyecto recientemente anunciado es solo uno de los muchos intentos hasta ahora sin éxito en alcanzar el manto. De momento, el intento más exitoso ha sido el pozo superprofundo de Kola, que llegó a 12.262 metros; debido a la falta de financiación, el proyecto fue abandonado en 2008.
La mezcla del alto coste y la tecnología limitada ha obstaculizado los intentos anteriores, pero el equipo JAMSTEC cree que el nivel tecnológico actual podrá permitir la perforación para alcanzar el manto.
La investigación es importante puesto que todo lo que sabemos sobre el manto lo conocemos solo a través de los terremotos. Incluso el magma de los volcanes no proporciona muestras puras, ya que todo se mezcla con la corteza fundida. La perforación ofrecerá una oportunidad única para estudiar la composición del manto, y qué contiene realmente. Con eso, podríamos esperar aclarar algunos puntos poco claros sobre la tectónica de placas, y tal vez incluso acabar de entender cómo se formó nuestro planeta.