El LSD, una droga apta para el tratamiento de la ansiedad
La dietilamida de ácido lisérgico, o simplemente LSD, es una droga psicodélica que se manufactura a partir del ácido lisérgico, que se encuentra en el cornezuelo, un hongo parásito que crece en el centeno y otras graminias. Los ensayos científicos realizados hasta el momento demuestran que el LSD no produce adicción ni es tóxico. Esta sustancia psicoactiva actúa de forma selectiva como agonista en el receptor de 5-HT, con ello disminuye la actividad espontánea del Sistema Nervioso Central pero aumenta la actividad asociada a estímulos, tanto internos como externos, provocando alteraciones importantes en la percepción de estos, principalmente, a nivel visual.
A finales de los años 50 y a principios de los 60 los laboratorios Sandoz presentaron el LSD como una droga apta para diversos usos psiquiátricos. Muchos psiquiatras y psicoanalistas, la utilizaron para tratamiento de la neurosis obsesiva, también como auxiliar de la psicoterapia y como complemento al tratamiento del alcoholismo y de la adicción a los opiáceos. Sin embargo, el uso extramedicinal del fármaco ocasionó una tormenta política que llevó a la prohibición de la sustancia, ilegalizando todos sus usos, tanto medicinales como recreativos y espirituales.
Tras varios decenios de bloqueo, en 2009 el gobierno suizo dio luz verde a una investigación para averiguar si el LSD ayuda a disminuir la angustia a los pacientes que sufren enfermedades incurables.
Los investigadores reclutaron 12 pacientes diagnosticados con enfermedades relacionadas con la ansiedad en nivel de alto riesgo, seleccionados al azar, 8 recibieron sesiones libres de psicoterapia sin consumir drogas además de 2 sesiones de LSD asistido entre 2 y 3 semanas.
A 4 participantes se les administró un placebo durante la terapia, los cuales se aplicaron a modo de control.
La administración del LSD ayudó a estimular un “estado psicodélico de profundidad”, permitiéndoles a los participantes alcanzar lo que describieron como un estado onírico emocionalmente intensificado.
Tras un seguimiento de 2 meses de duración, los investigadores observaron una significativa reducción en las emociones relacionadas con la ansiedad, la depresión y también las fobias, en aquellos pacientes que recibieron la terapia conjunto a las dosis de LSD. Por otra parte, estos estados incrementaron en aquellos que únicamente recibieron psicoterapia. Por último, la mejora en los pacientes que fueron tratados con LSD, lograron sostener el bienestar y las mejoras en cuanto a sus trastornos durante el resto del año.
Los autores del estudio dejaron claro que se trata sólo de una investigación preliminar y de una muestra pequeña, siendo los resultados aún poco concluyentes. No obstante, al combinar los hallazgos de este nuevo estudio con los otros tantos de décadas anteriores, los investigadores retoman la cuestión de lo prometedor del LSD en su aplicación terapéutica y aseguran esperar que sirva de inspiración para futuros estudios científicos serios y legítimos, el derrumbamiento de los estigmas hacia la sustancia y exploración de posibles aplicaciones médicas a futuro.