Cuando se busca un ejemplo sobre una historia de amor, surge la de Napoleón y Josefina. Sin embargo, el gran amor que siempre se contó, es parte de una leyenda inventada, no hubo entre los dos una verdadera historia de amor.
Napoleón y Josefina no vivieron una historia de amor
Existieron fogosas cartas, casi todas redactadas con erotismo, que Napoleón le escribió a Josefina, lo que alimentó la leyenda. Sí es cierto, que él se enamoró profundamente de ella, pero nunca le ocurrió lo mismo a ella. Josefina esperaba que Napoleón se marchara a sus incursiones en el extranjero, para caer en manos de sus muchos amantes.
Ellos se conocieron en una fiesta de un poderoso magnate, con influencias en el Directorio que gobernaba Francia desde la Revolución Francesa. Era Paul Barras, que además de dinero e influencias, era corrupto, bisexual y también amante de Josefina.
Napoleón era un joven general de brigada cuando conoció a Josefina, no tenía dinero ni un futuro seguro en ese momento. Rosa Josefina Tascher de la Pagerie ostentaba el título de vizcondesa de Beauharnais y era cinco años mayor que él. Tenía dos hijos de un matrimonio anterior.
Su primer esposo murió en la guillotina y ella estuvo encarcelada. Tenía gustos exquisitos y le gustaba el lujo y la riqueza. Tuvo muchos amantes, entre ellos Barras y el conocido general Hoche. Napoleón se enamoró perdidamente de ella y en solo seis meses se casaron, el 9 de marzo de 1796.
Napoleón fue engañado por Josefina pero la descubrió
Bastó que a los seis meses de la boda Napoleón partiera para Italia, para que Josefina volviera a su vida disipada y a visitar a sus amantes. Él le reclamaba que viaje a Italia, pero ella inventó como excusa un embarazo y posterior aborto. Tiempo después ella accedió a reunirse con él.
Sin embargo, se hizo acompañar por su amante y favorito de entonces, Hippolyte Charles, joven oficial del ejército francés. Cuando regresaron a París, ella fingió ser la esposa apasionada con mucho disimulo. Sin embargo, al partir Napoleón hacia Egipto, ella volvió a apasionarse con su querido Charles.
Fue en 1798 cuando, durante la campaña en Egipto, el amigo y general de brigada Junot se decidió a contarle las infidelidades de Josefina a Napoleón. La pasión de Bonaparte por Josefina desapareció. Ella se enteró de que él sabía sobre su disipada vida y se atemorizó cuando se enteró de su vuelta a París.
Trataron de continuar juntos, pero al final se divorciaron
Nunca más fue lo mismo, incluso dormían en diferentes cuartos. Aunque para el protocolo fingían no estar separados. En 1805 a Napoleón lo coronaron Emperador y ella fue nombrada Emperatriz con la consagración del Papa.
Josefina no podía darle un descendiente a Napoleón, por lo que este se divorcia en 1809. Un año más tarde él se casa con María Luisa de Austria. Fueron las cartas apasionadas las que cimentaron la leyenda. Sin embargo, ella fue todo para él, mientras estuvo con Josefina, Napoleón siempre ganaba en las batallas y después del divorcio, comenzaron sus derrotas.
