Durante la Alemania nazi también existió un grupo de mujeres torturadoras. En 1944, apareció en un periódico alemán un anuncio de trabajo. En él se pedían mujeres mayores de 20 años y menores de 40. La oferta fue muy tentadora, buen jornal, comida, ropa de trabajo y hospedaje. Lo que el anuncio no aclaró es que el trabajo se desarrollaría en el campo de concentración de mujeres de Ravensbrück que se construyó en 1938/1939.
Un infierno llamado Ravensbrück donde entrenaban a las mujeres torturadoras
Ravensbrück fue un campo de concentración que se encuentra a 80 kilómetros de Berlín. Las prisioneras dormían en barracones de madera. Mientras que las guardias lo hacían en cabañas, donde incluso podían traer a vivir allí a sus hijos.
Desde las ventanas de sus hogares podían ver un hermoso bosque y un lago. Pero también el paisaje de esa época incluyó centenares de mujeres encadenadas y las chimeneas de la cámara de gas. En la actualidad el lugar es un museo y se pueden ver las cabañas donde vivieron las guardias. Los barracones ya no existen.
Las fotos del museo muestran mujeres jóvenes que llevaron allí una vida casi normal. En sus horas libres salían a pasear a sus perros por el bosque. Eran los mismos animales que después utilizaban para castigar y hacer sufrir a las prisioneras. Ravensbrück fue el paso inicial para las oficiales que en poco tiempo pasaban a otros campos de concentración o exterminio como Auschwitz.
Fue el campo de concentración para mujeres más grande de Alemania. Mantuvo encerradas a 120 mil prisioneras y 30 mil murieron allí. A pesar de que la tarea de las guardias no fue sencilla pareció que disfrutaban de su trabajo. Maltrataban, golpeaban y torturaban a las prisioneras. Incluso algunas de las oficiales se animaron y fueron más allá. Como es el caso de Irma Grese.
Irma Grese o la “Bella Bestia” como la apodaron sus propias compañeras
En 1942, la oficial Irma Grese ingresó como auxiliar del cuerpo femenino a Ravensbrück. Provenía de una familia muy humilde y la contentó su apariencia luciendo el uniforme de la SS. Allí la adiestraron como futura torturadora y cuatro meses después la trasladaron a Auschwitz. Tan solo tenía 19 años.
Su aspecto angelical ocultó muy bien que fue letal y sádica. No le temblaba la mano al torturar prisioneros y llegó a ser asistente de Josef Mengele. Dominó a un grupo de 30 mil mujeres, que vivieron apiñadas en un espacio muy reducido, en el que solo entraban tres mil personas. Fue muy hábil usando el látigo y además despellejó personas. También lanzó perros hambrientos sobre las prisioneras para que les arrancaran pedazos de carne o las mataran.
Finalmente Irma Grese fue juzgada y condenada a morir en la horca cuando tenía 22 años. Miles de mujeres trabajaron como guardias, pero solo a 77 juzgaron por crímenes de guerra, en el año 1945. Sin embargo, unas pocas de estas mujeres torturadoras fueron condenadas y el resto de ellas cambió su identidad y vivió una vida normal.
