Mujeres poderosas en la Antigua Roma
El Gobierno en la Sombra
Vivían en un mundo dominado completamente por los hombres, pero ¿completamente? De cara al exterior, en una sociedad tan machista como la de la Antigua Roma, no se hubiera permitido bajo ningún concepto una mujer rigiendo los destinos del imperio. Sin embargo, hubo algunas que, siempre a la sombra del emperador, llegaron a ostentar tanto poder como ellos. Conoce a continuación a las mujeres más poderosas de la Antigua Roma.
Mesalina
Valeria Mesalina fue esposa del emperador Claudio, tía del famoso Calígula, y se podría afirmar que alcanzó grandes cotas de poder saltando de cama en cama.
Se dice de Mesalina que se acostó con prácticamente todo el senado, teniendo información crucial gracias a su ninfomanía. Además, el único hombre que amó, Cayo Apio Junio Silano, nunca le correspondió. Mesalina tramó un complot contra él para que fuera ejecutado.
Julia Domna
Julia Domna (Emesa, c. 160 – Roma, 217) fue emperatriz consorte desde 193 a 211. Se casó con Septimio Severo, que se autoproclamó emperador de Roma después de una victoriosa guerra civil, en el año 193.
Como emperatriz, la influencia de Julia Domna en todos los aspectos fue notable, hasta el punto de acompañar a Septimio Severo en sus campañas militares, siendo nombrada Mater Castrorum (madre del campo). Su poder y reconocimiento se ve reflejado con monedas acuñadas con su efigie, catalogándola de Augusta. Fue, con diferencia, la emperatriz más galardonada.
También se le atribuye el mecenazgo de proyectos arquitectónicos, como el “Aedes Vestae”, el Templo de Vesta, destruido durante el incendio de 192 bajo el reinado de Cómodo.
Livia
Livia Drusila, también conocida como Julia Augusta (59/58 a. C.-29 d. C.), fue la tercera esposa del emperador Augusto. Su primer esposo fue Tiberio Claudio Nerón, y fue madre del futuro emperador Tiberio Claudio Nerón. Claudio la ascendió al nivel de diosa, y Calígula le concedió el título de Augusta.
Livia fue el mayor ejemplo de la matrona romana: discreta y sencilla, nunca hizo ostentación de la riqueza propia de una emperatriz, se ocupó de las labores domésticas y de su esposo, aunque intervino activamente en política, siendo considerada la mayor consejera del emperador Augusto.
En el año 35 a. C., Augusto concedió a Livia total independencia para administrar sus propias finanzas, además de agasajarla con una estatua pública. Tuvo su propio círculo de clientes y colocó de forma nepotista a sus protegidos en puestos oficiales.
Agripina la Menor
Julia Agripina, más conocida como Agripina la Menor, fue una de las hermanas de Calígula, esposa y sobrina de Claudio y madre de Nerón.
Cuando su hermano Calígula se convirtió en emperador, ella y sus dos hermanas empezaron a disfrutar de los privilegios reservados exclusivamente familia imperial. Tras el asesinato de Calígula y el nombramiento como emperador de su tío Claudio, Agripina y su hermana volvieron a Roma del exilio, tras haber perdido el favor de Calígula. Una vez de vuelta en Roma, se casó en con Cayo Salustio Pasieno Crispo. Eso le acercó a Claudio, su tío, llegando a tal nivel de intimidad que, cuando éste descubrió la infidelidad de su esposa, Mesalina, la mandó ejecutar, ocupando Agripina su lugar como esposa.
Una vez obtenido el título de emperatriz y Augusta, la primera después de Livia, y de haber obtenido honores y privilegios extraordinarios, Agripina convenció a su marido para que adoptara como heredero a Nerón, hijo de ella.
Fuentes bibliográficas:
- Plinio el Viejo (2007). “Historia natural”
- Plutarco (2006). “Cuestiones romanas”
- Abbott, Frank Frost (1912). “Society and politics in ancient Rome”