Los campos de concentración de EEUU
La historia que no se cuenta
Si uno oye la frase “campos de concentración”, es inevitable pensar en el nazismo. Sin embargo, también existieron en países aliados. Es parte de esa historia que no suele contarse. Fue luego del ataque a Pearl Harbor. Franklin D. Roosevelt aprobó la Orden Ejecutiva 9066. El decreto obligaba a evacuar a más de 120.000 japoneses residentes en Estados Unidos y «realojarlos». ¿Dónde? En campos de concentración ubicados en la zona occidental del país y en Arkansas. Los campos de concentración de EEUU.
De todos los reos, casi 30.000 acabaron sus días en los campos de concentración de Manzanar (10.046) y Tule Lake (18.789). Ambos ubicados en California. Y es por ello por lo que este estado ha informado de que, en los próximos días emitirá una disculpa oficial. La razón: colaborar en la reclusión de ciudadanos de ascendencia japonesa durante la Segunda Guerra Mundial.
Visibilizando el pasado
Según ha informado el diario «The Times», el gobierno local reconoce de esta forma los errores cometidos por Estados Unidos en 1942. Y demuestra que, a pesar de las décadas, quiere aprender del pasado.
La Orden Ejecutiva 9066 fue desencadenada por el ataque que contra Pearl Harbour. Provocó la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. Roosevelt se justificó en la necesidad de defender su país de espías y enemigos extranjeros. Aquello derivó en una psicosis todavía mayor.
La orden afectó tanto a los japoneses como a los ciudadanos de ascendencia nipona. Así lo confirman Oliver Stone y Peter Kuznick en su obra «La historia silenciada de Estados Unidos»: «El 19 de febrero, Roosevelt firmó la Orden y, a partir de ese momento, se pusieron en marcha los preparativos para evacuar y recluir a los afectados de los estados de California, Oregón y Washington, dos tercios de los cuales eran ciudadanos estadounidenses de nacimiento».
A nivel oficial, se les permitía viajar hasta estados cercanos. Pero la mayor parte de los posibles receptores de emigrantes se mostraron contrarios a ello. «Si vienen aquí, verán a un japo colgado de cada pino», afirmó el gobernador de Wyoming.
Malas condiciones, seguridad extrema
El gobierno decidió crear, entre marzo y abril, centros de realojamiento permanentes. Los campos de concentración de EEUU. Con frecuencia faltaba agua corriente, baños, escuelas decentes, tejados apropiados.
Lo que sí tenían eran «buenas alambradas, puestos de ametralladoras y torres de vigilancia». La partida hacia estos campos de concentración hizo que los ciudadanos japoneses tuvieran grandes pérdidas. Cerca de 400 millones de dólares en bienes muebles (los cuales hoy tendrían un valor de 5.400 millones de dólares). «A los refugiados solo se les permitía llevarse sus efectos personales. Sus antiguos vecinos adquirían apresuradamente sus casas por una pequeña parte del valor real», completan los expertos. En 1944 se solicitó a Roosevelt su disolución. Al ser año de elecciones, el presidente prefirió esperar. La decisión no se hizo patente hasta el año siguiente.
Desde entonces, han sido muchos los gobiernos que han cargado contra la decisión al considerar que alimentó la histeria racista y la paranoia. En palabras de la Japanese American Citizens League, los recluídos nunca fueron «acusados, y muchos menos condenados, por espionaje contra el país». Sin embargo, «sí fueron atacados, detenidos y encarcelados durante años solo por tener la cara del enemigo». Con todo, se muestran felices por la decisión tomada en California.
La disculpa se ha orquestado durante varios meses. La solicitud fue presentada por el político Al Muratsuchi y seis coautores el 28 de enero. El proyecto fue aprobado por unanimidad al mes siguiente. «Queremos que California sea el ejemplo para otros tantos», señalaron.