Los antiguos persas reconocieron, por lo menos, tres géneros
Un estudio de tumbas de 3.000 años de antigüedad de una civilización persa sugiere que las personas enterradas allí no se adherían a la separación binaria de géneros.
La profesora Megan Cifarelli, de la Mangattanville College, ha podido analizar las tumbas de Hasanlu, en el noroeste de la actual Irán, y que datan de hace unos 3.000 años. Esta localización tuvo la desgracia de estar en mitad de un camino frecuentemente recorrido por ejércitos, y fue saqueado y quemado repetidas veces.
Después de que el lugar fuera abandonado hace 2.800 años, las tumbas sobrevivientes no fueron saqueadas hasta que fueron encontradas por los arqueólogos, quienes documentaron con gran detalle tanto los cuerpos encontrados allí como las posesiones que los acompañaban.
Megan analizó sus informes y encontró dos grupos, enterrados con artículos que, con toda probabilidad, serían enterrados en hombres y mujeres. No obstante, alrededor del 20% de las tumbas contenían una mezcla de objetos tanto masculinos como femeninos, lo que implica que la gente de Hasanlu creían en un tercer género o consideraban que el género era más un espectro que algo rígido. Su teoría está respaldada por un cuenco dorado que representa a una persona barbuda que realiza lo que se piensa que son roles femeninos.