Las construcciones mayas y las estrellas
Alineadas perfectamente
Los mayas siempre miraron al cielo. Gran parte de la vida cotidiana de esta cultura se relacionaba con el movimiento de los astros. Antiguamente, se obedecía un calendario de 260 días, regido por la trayectoria de Venus en el cielo. Y las construcciones mayas y las estrellas estaban perfectamente alineadas. ¿Cómo?
La bóveda celeste sirvió como un espejo de las ciudades más poderosas de los mayas. Se orientaban hacia las estrellas, los planetas y al cosmos. Las construcciones mayas y las estrellas siempre estuvieron alineadas.
Una misma idea
Templos, espacios cívicos y plazas públicas de la civilización maya siguen un mismo principio rector. “La planeación urbana de los mayas estaba en sintonía con el cosmos”, explica el historiador Joshua Sokol. «El calendario de 260 días un signo del enorme conocimiento maya», escribe el autor para Science.
Venus fue una referencia del paso del tiempo. Los mayas describieron los movimientos del Sol, la Luna y los planetas. Los edificios sacros y civiles eran engranajes de un sistema más grande que ellos mismos. Lograron registrar el paso de la «luna creciente y menguante con una precisión de medio minuto», detalla Sokol.
Por ello, muchos de los edificios ceremoniales se alinearon con amaneceres específicos, los equinoccios y otros eventos astronómicos. Especialmente, durante el Periodo Clásico, hace 2 mil 800 años aproximadamente. El contexto celestial sirvió, también, como un espejo de las ciudades más poderosas en el sureste mexicano. También en toda la extensión de Guatemala.
Siguiendo al Sol
El mejor ejemplo es Chichen Itzá, el icónico sitio arqueológico de Yucatán. Su orientación y fachada están diseñadas para seguir la trayectoria del Sol en los solsticios de primavera y otoño. Esta alineación cósmica también se reflejaba en las estructuras sociales. Los mayas consideraban a sus líderes políticos como representantes del orden universal.
La sincronía entre las construcciones mayas y las estrellas demuestra su avanzado conocimiento astronómico. Y su legado merece nuestro profundo respeto.