La perrita que murió en el espacio: Laika
Se vive una especie de nueva fiebre lunar. Todos hablan de las próximas misiones que llevarán astronautas al espacio. Sería bueno recordar que en el largo camino de la conquista espacial hubo algunas víctimas. Algunas de ellas tenían cuatro patas. Como la célebre Laika, la perrita que murió en el espacio. El primer ser vivo que abandonó la Tierra.
Misión suicida
Fue hace más de 60 años. La perra Laika fue lanzada en el satélite ruso Sputnik 2 el 3 de noviembre de 1957. Esta pionera de cuatro patas no regresó. En los años siguiente, 48 perros, 15 monos y dos conejos fueron al espacio. Muchos de ellos murieron.
Rusia estaba en una carrera espacial contra Estados Unidos. «Conquistar el espacio» sería una demostración de fuerza, tecnología y desarrollo. Kruschev, el líder ruso, dispuso enormes sumas de recursos para la investigación espacial. El ingeniero responsable del programa espacial era Sergey Korolev. Propuso enviar un perro al espacio. No había la tecnología suficiente para garantizar el retorno del satélite. El animal sería enviado a una muerte segura.
El gobierno soviético divulgó la noticia de que Laika había muerto, sin dolor, después de una semana en órbita. Pero hoy en día se sabe que la perra murió seis horas después del lanzamiento. Tuvo una parada cardíaca tras el supercalentamiento de la cabina.
Requisitos
La selección de perros que pudieran ser enviados al espacio siguió algunos criterios. Primero, debido al tamaño del cohete, el animal podría pesar un máximo de 7 kg. Para el «escuadrón de perros cosmonautas» se reclutaron perros callejeros. Laika vagaba por las calles de Moscú cuando se le reclutó. Finalmente ella fue la elegida para morir en el espacio y entrar en la historia.
El Sputnik 2 no estaba técnicamente desarrollado para aterrizar. Era un cilindro de cerca de cuatro metros de altura y dos metros de diámetro.
Laika estaba en una cápsula del tamaño de una lavadora, con un dispositivo para la regeneración química del aire. Le implantaron un sensor en las costillas para medir su respiración y su pulso.
Durante el lanzamiento, el ritmo de las pulsaciones de la perrita aumentó mucho. Estaba tres veces por encima del ritmo en estado de reposo. La humedad y la temperatura de la cápsula donde estaba la perrita aumentaron poco después del inicio de la misión. La temperatura llegó a pasar los 40 grados centígrados. Seis horas después del despegue, los sensores registraron una parada cardíaca. Estaba claro que la perrita había muerto.
El satélite con el cuerpo de Laika dio 2.370 vueltas en órbita. Finalmente ardió al entrar en la atmósfera el 14 de abril de 1958.
Inventando una historia
El gobierno soviético ocultó información sobre la muerte de Laika. Durante una semana, los periódicos locales publicaron boletines informativos sobre la salud de la perrita que, en realidad, ya estaba muerta. La información divulgada daba pie a que la población pensara que Laika podría regresar.
Los medios internacionales admiraban el logro soviético y manifestaban su preocupación por el astronauta de cuatro patas.
Luego se informó que Laika fue sacrificada en órbita «por motivos de humanidad». Centenares de cartas se enviaron a Moscú y a las Naciones Unidas denunciando la «crueldad» del programa espacial. Pero el uso de animales en pruebas espaciales continuó. Estados Unidos utilizó monos. En la Unión Soviética, entre 1948 y 1961, 48 perros se lanzaron al espacio. Y 20 de ellos murieron.
Las primeras criaturas vivas que regresaron a la Tierra, usando paracaídas, fueron los perros Desik y Gypsy. Era una misión de la Unión Soviética de 1951. En 1966 la Unión Soviética envió el satélite Kosmos-110, con los perros Vaterk y Ugolkom. Ambos regresaron vivos, aunque exhaustos, después de 23 días en órbita.
El envío de animales al espacio empezó a cesar con el lanzamiento de seres humanos. La perrita que murió en el espacio, Laika, fue recordada por Yuri Gagarin. Fue el primer hombre en el espacio. Dijo una vez que fue, al mismo tiempo, la «primera persona y el último perro en el espacio».