La mujer que imitaba el canto de los pájaros
La historia de Yma Súmac
Existió una cantante prodigiosa, única, que llegaba a un rango vocal impensable. Su nombre era Yma Sumac. La mujer que imitaba el canto de los pájaros. De hecho, fue así como aprendió a cantar, antes de convertirse en una estrella de Hollywood. Y triunfar en el mundo.
Su verdadero nombre era Zoila Augusta Emperatriz Chávarri del Castillo. Nació en setiembre de 1922 en Cajamarca, Perú. Decía que ella era una princesa inca, descendiente del último emperador, Atahualpa. Por eso eligió dos palabras quechuas para darse nombre, vivir y cautivar con su portentosa voz de soprano a millones de personas en los años 50.
La joven Yma Sumac se casó con Moisés Vivanco, compositor y director de orquesta de Lima, en 1942. El exotismo de su voz y su rareza la llevaron a Estados Unidos. Su registro de voz —de cinco octavas en tiempos en que las cantantes de ópera alcanzaban dos octavas y media— cautivó a millones de espectadores y la hizo muy popular en Hollywood, donde Yma Sumac se instaló definitivamente y donde yacen sus restos.
En el cine, con Charlton Heston
En la cima de su carrera musical Yma Sumac también participó en la película Secreto de los Incas, en 1954. Se filmó con Charlton Heston y Robert Young. Allí interpretaba uno de los temas que más fama le dio: Ataypura. Un papel como anillo al dedo para su leyenda. Tiene su estrella en el Paseo de la Fama.
Cuando el público estadounidense se cansó de sus historias de vírgenes sagradas y rituales andinos, buscó nuevos mercados. Se hizo enormemente popular en la Unión Soviética, donde grabó en directo (1961) con la Sinfónica del Bolshói. Perdido el rumbo musical, incluso se acercó al rock con Miracles (1972).
Yma Sumac, la mujer que imitaba el canto de los pájaros, en noviembre del 2008 en Los Ángeles (California) tras meses de batalla con un cáncer de colon.
Su voz única, exótica y absolutamente irrepetible es su legado.