La mujer pionera en la historia de la inmunización
Casi olvidada por la ciencia
¿Quién fue Lady Mary Wortley Montagu? Muy pocos la recuerdan. Se conoce mucho más a Edward Jenner, por la vacunación contra la viruela. Pero fueron los experimentos de inoculación de ella los que permitieron esa vacuna. Se cumple el 300 aniversario de sus extraordinarios experimentos con humanos. Y nos permite recordar a la mujer pionera en la historia de la inmunización.
Tratamiento pionero
Nacida como Mary Pierrepont en 1689, ella era una mujer vivaz y testaruda. Escribía poemas y cartas y tenía opiniones progresistas sobre el papel de la mujer en la sociedad. Se casó con Edward Wortley Montagu, quien luego sería embajador de Inglaterra en Estambul.
La más notable fue su método de inoculación contra la temida viruela. Ya se sabía que las personas solo podían contraer esta enfermedad una vez. Si sobrevivían, eran inmunes por el resto de sus vidas.
La infección tenía alta tasa de mortalidad. Para evitar eso, las mujeres turcas inducían un caso leve en los niños. Tomaban el pus de la pústula de un paciente infectado. Y se lo añadían a una incisión que le hacían en el brazo a la persona que querían proteger. Esto causaba síntomas leves, seguidos de protección de por vida.
Wortley Montagu estaba decidida a «poner de moda este útil invento en Inglaterra». Experimentó con su propio hijo, con éxito. Años después, volvieron a casa. Ante una epidemia de viruela, decidió también realizar el procedimiento con su hija. Nunca se había hecho en el Reino Unido. Después, visitó con su hija hogares infectados, para demostrar que gracias a eso ya estaba protegida.
En agosto de 1721 gestó un experimento extraordinario en la prisión de Newgate de Londres. Le ofreció un trato a varios prisioneros que esperaban ser ejecutados. Si aceptaban vacunarse contra la viruela, quedarían en libertad si sobrevivían. Todos aceptaron la oferta. Y todos vivieron para contarlo. Una de las prisioneras fue enviada a cuidar a un niño con viruela. Y durmió con él todas las noches durante seis semanas sin enfermarse. Esto se hizo para obtener más pruebas del éxito del tratamiento.
Idea exitosa
La princesa de Gales, amiga de Wortley Montagu, se convenció. Por lo tanto, hizo vacunar a sus propios hijos. La realeza en toda Europa hizo lo mismo. El procedimiento salvó miles de vidas. La contribución de Wortley Montagu fue celebrada por el poeta francés Voltaire, entre otros.
Setenta y cinco años después, el médico británico Edward Jenner fue más allá.
Percibió que quienes se enfermaban de viruela bovina (una versión leve), también se volvían inmunes. Así, usó el enfoque de Wortley Montagu y la usó para vacunar. Posteriormente, se adoptó a nivel mundial.
Jenner recibió muchos premios y honores. Su trabajo condujo a la eventual erradicación de la viruela en 1976. Todos los estudiantes de medicina del mundo aprenden ahora sobre él. Pero la mujer pionera en la historia de la inmunización es casi desconocida.
Ahora, 300 años después, el Colegio Real de Médicos de Londres busca reconocer su contribución. Y claro, hacer algo de mínima justicia.