La verdadera historia del origen de la primera carrera de maratón está entrelazada con hechos históricos y elementos de leyenda. Aunque la leyenda es popular, la historia real es un poco diferente y se basa en eventos históricos concretos.
La batalla de Maratón
La batalla de Maratón ocurrió en 490 a.C., cuando el ejército ateniense derrotó a los persas en el campo de batalla de Maratón, una localidad ubicada a unos 42 kilómetros al noreste de Atenas. Esta victoria fue crucial para los griegos y es ampliamente documentada en la historia.
Según la historia popular, un mensajero llamado Filípides corrió desde Maratón hasta Atenas para anunciar la victoria griega y murió de agotamiento. Sin embargo, esta versión no es un hecho histórico verificado.
Los relatos históricos de Heródoto, un historiador griego contemporáneo de los eventos, no mencionan esta carrera específica desde Maratón hasta Atenas. Sí, describen que al mensajero lo enviaron de Atenas a Esparta, para solicitar ayuda antes de la batalla. Cubrió alrededor de 240 kilómetros en dos días.
Creación de la maratón moderna
La distancia de la maratón moderna se basa en esta mezcla de historia y leyenda. En 1896, cuando celebraron los primeros Juegos Olímpicos modernos en Atenas, decidieron incluir una carrera de larga distancia como conmemoración. El ganador fue el griego Spiridon Louis, quien se convirtió en un héroe nacional tras su victoria. Su tiempo fue de 2 horas, 58 minutos y 50 segundos.
La distancia aproximada de 40 kilómetros está basada en la distancia entre Maratón y Atenas. Sin embargo, la distancia oficial de la maratón es de 42.195 kilómetros y se estableció en los Juegos Olímpicos de Londres en 1908. La familia real británica deseaba que la carrera terminara frente al palco real.
La maratón actual
Hoy en día, las maratones se celebran en todo el mundo, desde las grandes ciudades hasta pequeños pueblos. Estas carreras reúnen a atletas profesionales y aficionados, todos unidos por el deseo de superar sus límites. La maratón de Boston, la de Nueva York, la de Berlín, y la de Tokio son algunas de las más prestigiosas y conocidas a nivel mundial. Cada una de estas maratones tiene su propio encanto y desafío, atrayendo a corredores de todas partes del mundo.
Durante muchos años, las mujeres no pudieron participar oficialmente en las maratones. En 1967, Kathrine Switzer se convirtió en la primera mujer en correr oficialmente el maratón de Boston, inscrita con el nombre de “K.V. Switzer”. Los organizadores intentaron sacarla de la carrera, pero ella logró terminarla. Finalmente, en 1984, las mujeres compitieron en la maratón olímpica por primera vez en los Juegos de Los Ángeles.
El maratón de Boston, que se estableció en 1897, es el más antiguo de los maratones anuales y uno de los más prestigiosos. Asimismo, existen maratones en lugares insólitos y extremos, como el maratón del Polo Norte, el de la Antártida o de la Gran Muralla China, que incluye miles de escalones y un terreno muy irregular. A su vez, las que se corren en grandes ciudades, como Nueva York, Berlín, Tokio y Chicago, atraen a decenas de miles de corredores y espectadores, siendo además festivales culturales que muestran lo mejor de cada ciudad.
La maratón es una carrera llena de historia, desafíos y logros. Cada corredor que cruza la línea de meta se convierte en parte de esta rica tradición, llevando consigo un legado de esfuerzo y superación personal y enfrentan sus propios desafíos físicos y mentales.
