El misterio de los cubos de uranio nazi
Es uno de los tantos enigmas que dejó la Segunda Guerra Mundial. ¿De qué se trata el misterio de los cubos de uranio nazi? Todo empezó con la necesidad de los nazis de inventar una bomba cada vez más grande. De hecho, la fisión nuclear fue descubierta en 1938 en Berlín. Como parte de sus planes, crearon unos cubos de uranio para diferentes pruebas. Pero su destino se desconoce hasta ahora. ¿Dónde están?
¿Dónde están?
«Es difícil saber lo que ocurrió con estos cubos», dice Alex Wellerstein, historiador. En Estados Unidos se han identificado una decena de ellos. Eso los convierte en un preciado tesoro para los investigadores.
Uno de los equipos que experimentaban con los cubos de uranio estaba liderado por el físico Werner Heisenberg, pionero de la mecánica cuántica y ganador del Nobel en 1932.
Werner Heisenberg era un ganador del Nobel en 1932. Él y sus colegas experimentaron con los cubos de 5 cm. Ataron 664 de estos a unos cables colgantes para sumergirlos en agua pesada. Esperaban una reacción en cadena que no ocurrió.
En 1945, tropas estadounidenses llegaron hasta el laboratorio de Heisenberg. Más de 600 cubos de uranio fueron confiscados y enviados a Estados Unidos. Se quería saber qué tan avanzados estaban los alemanes en tecnología nuclear. Y también evitar que los cubos cayeran en manos de los soviéticos.
Hoy todavía se desconoce el paradero de la gran mayoría de los cubos.
Se cree que varios se usaron en el desarrollo de armas nucleares de Estados Unidos. Según Wellerstein, algunas personas comenzaron a regalar los cubos como souvenires. Otros científicos los utilizaron como material de análisis. Y otros cayeron en el mercado negro.
Buscando cubos
En 2019, la revista Physics Today logró rastrear la ubicación de 7 cubos. Según quienes los tienen pertenecieron a los experimentos nucleares de los nazis. Tres de ellos están en Alemania. Otros dos están en el Museo Nacional de Historia Americana en Washington D.C. Una más en la Universidad de Harvard. Del séptimo cubo no se asegura su procedencia.
Tienen cierto valor histórico y simbólico. «Pero realmente los cubos no son muy valiosos. No puedes hacer nada con ellos», dice Wellerstein. Tampoco son peligrosos, ya que generan una radiación muy débil. Después de agarrar uno de ellos, «basta con lavarte las manos», dice el experto.
El misterio de los cubos de uranio nazi no terminará de desentrañarse. Hubo mucho secretismo alrededor por mucho tiempo. Estados Unidos desarrolló velozmente su programa nuclear. Y en gran parte por miedo a que los alemanes lo lograran antes que ellos.
Algunos ven los cubos como el desencadenante de la peligrosa era de armas nucleares. Es posible que así sea. Tal vez las armas nucleares, la energía nuclear, la Guerra Fría, tienen relación. Todo motivado por el esfuerzo que se generó a partir de cubos.