El manual para la momificación egipcia
Apareció en más de un centenar de vasijas en la ciudad de los muertos de Saqqara. Su análisis permitió identificar las sustancias que usaban para embalsamarlos. Muchas de ellas llevan inscritas instrucciones. El manual para la momificación egipcia se preservó en estas vasijas.
Se sabía que usaban cera de abeja, betún del mar Muerto, aceites de cedro. También el natrón (carbonato sódico), una sal para conservar los cadáveres. No se conocían las proporciones. Y faltaba identificar las sustancias concretas a la que se referían algunos términos egipcios. Esas instrucciones han aparecido en la cerámica.
Conocimiento químico
Usaron sofisticadas técnicas de análisis de materiales, como espectrometría de masas y cromatografía de gases. Así detectaron las sustancias usadas por los embalsamadores. Lo mejor del hallazgo es que decenas de los tarros tienen instrucciones. Son inscripciones jeroglíficas que dicen lo que había dentro o cómo usarlo. El manual para la momificación egipcia sobrevivió en el tiempo.
En una de las vasijas, por ejemplo, se destaca que su contenido es para usarlo en la cabeza. Primero se retiraba el cerebro. Y se aplicaba una mezcla de resina de pistacho, brea de cedro y aceite de ciprés. También esencia de elemi. Esto último aún se usa para el catarro.
Ingredientes revelados
Para la piel y a aplicar al tercer día, otra vasija contenía cera de abeja calentada y grasa animal. Todo el proceso de embalsamamiento duraba 70 días. Hay un compuesto a base de aceite de ricino, usado como antiséptico y fungicida. También adhesivos naturales para amortajar el cadáver con el lino. Y fórmulas específicas para tratar el hígado y el estómago una vez vaciados.
El trabajo, publicado en Nature, reveló al fin los compuestos usados en el proceso. La investigadora de la Universidad de Tubinga (Alemania) Susanne Beck es directora de la excavación. Cuenta que “se conocían los nombres de muchos de los ingredientes para el embalsamamiento desde que se descifraron los antiguos escritos egipcios. Pero hasta ahora, solo podíamos suponer qué sustancias había tras cada nombre”.