El cenote maya oculto 2500 años
Es como una «cápsula del tiempo» de la vida maya. El cenote de Izamal contiene ofrendas, piezas cerámicas y esculturas antiguas. Tiene otra peculiaridad. Es el cenote maya oculto 2500 años.
Izamal es un pueblito minúsculo en la Península de Yucatán. Está a unas cuantas horas de Mérida, la capital. Llamq la atención de la mirada internacional por sus clásicas casitas amarillas. Nadie se imaginaría que, debajo de este pueblo, habría un antiguo cenote sagrado.
Escondido bajo el convento
Estaba bajo el convento icónico de San Antonio de Padua. Es uno de los atractivos turísticos más visitados de Izamal. Apareció debajo de los amplios arcos de cantera que soportan la estructura del recinto. Allí estaba el cenote maya oculto 2500 años.
Yucatán es rico en cenotes. Hay un sistema subterráneo que comunica a toda la península. Estas ‘carreteras’ naturales corren por debajo de la superficie hace cientos de millones de años formándose. Los mayas los utilizaron como espacios de culto y devoción, casi como si fueran las fauces del inframundo.
Cuando los españoles se encontraron con el desarrollo cosmogónico y religioso de los mayas, inmediatamente lo tacharon de idolatría. Sobre el antiguo espacio sagrado que representó el cenote de Izamal, erigieron un convento. Así, el antiguo conocimiento maya se hundió en las profundidades del agua. Literalmente. Siglos más tarde, el convento de San Antonio de Padua fue catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Objetos arrojados
Los arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) investigaban la vida de los mayas durante la colonia. Fue entonces que dieron con este cenote en Izamal.
Parece ser que los españoles lanzaron varios de los objetos de «idolatría» al interior del cenote de Izamal. Buscaban imponer una nueva narrativa religiosa en la región. Sin embargo, con las excavaciones del INAH, se han logrado recuperar algunas de estas piezas antiguas.
Entre ellas, hay ofrendas, esculturas, piezas en cerámica, restos orgánicos y otros. Algunas de estos objetos son tan antiguos como el Periodo Formativo, entre los años 750 y 200 d.C. Esto ayuda a entender mejor cómo fue el proceso evangelizador en la zona. Por ello, los científicos consideran que este cenote en Izamal es una «cápsula del tiempo».