Anécdotas de guerra VIII: Deseo satisfecho
Un soldado inglés fue capturado cerca de Sebastopol. Al ser registrado, encontraron en uno de sus bolsillos una carta enviada por su novia. Los rusos la leyeron, y en ella ponía a parte de las frases en las que la muchacha le expresaba su amor y su deseo de que regresara pronto, le hacía una petición muy especial.
Los captores del soldado británico se sorprendieron al ver que su amada le pedía que, cuando volviera a Inglaterra, lo hiciera llevando consigo un botón del uniforme del hombre que estaba al mando de las tropas rusas, el príncipe Alexsander Sergeievivh Mentschikoff (1787 – 1869). Éste sería el símbolo de que habían resultado vencedores de la contienda.
Los rusos que estaban a cargo del prisionero decidieron enviar la carta al propio Mentschikoff, para su diversión. En un primer momento, el príncipe estalló en una carcajada al leer la original petición de la joven, pero poco después, sorpredéntemente, decidió que se cumpliera su deseo. Así pues, Mentschikoff envió un mensajero para devolver la carta de amor a su propietario, pero acompañada de un valioso obsequio, un botón de su uniforme.