Anécdotas de guerra III: Un jamón en paracaídas
Una de las peores consecuencias de la Primera guerra mundial para la población civil de todos los países contendientes fue el hambre. Uno de los que más la sufrió fue Alemania. El bloqueo al que la sometió la Marina de guerra británica impidió que llegasen los alimentos necesarios.
Ya en el primer año de guerra, Alemania sólo podía hacer frente al 80% de las necesidades mínimas de su población, con algunas familias que sobrevivían solamente con una dieta de pan y sopa de verduras. En Septiembre de 1915, los alemanes quisieron demostrar a los británicos (que tampoco andaban sobrados de alimentos), que la falta de alimentos no era un problema en su nación. Para ello, aprovechando un bombardeo sobre Londres llevado a cabo por un Zeppelin en el que se arrojaron setenta bombas y que causó 26 muertos, alguien de la tripulación tuvo la ocurrencia de lanzar un jamón en paracaídas. En él iba un mensaje que decía «Regalo del bien alimentado pueblo alemán«.
Con ello pretendía minar la moral de los británicos para que creyesen que eran los únicos que pasaban hambre. Se desconoce el impacto que pudo suponer el aterrizaje del jamón sobre las calles de Londres, pero lo cierto es que regalos de este tipo no volvieron a darse, quizás porque los alemanes acuciados por la falta de alimentos, no podían permitirse el lujo de desprenderse de un jamón…