William Tod no perdio mucho tiempo en Nashville, pues nada más llegar fue a una mansion del terror por los alrededores llamada Slaughterhouse. A este hombre ya se le buscaba en Kentucky, asi que ya venía un poco tocado desde su casa.
Al llegar a la casa del terror, forzó la entrada de la atracción para robar un táser, un revólver y una escopeta, y como no, al salir del lugar prendió en llamas el edificio. Tras esto comenzo a huir asaltando por el camino a cuatro personas a la salida de un bar a punta de pistola, dando golpes de culata y friendoles a base de taseos.
Luego robó un taxi y, tras comprar algo de comer con las tarjetas de crédito que acababa de robar, de dirigió al hotel Índigo. Allí fue donde llego a su cima de surrealismo GTAsiano forzando la entrada de un despacho de abogados y cogió sus propios excrementos, que utilizo para «sellar» los títulos de derecho que había colgados. Más tarde, tras unos cuantos robos más a los clientes del hotel haciéndose pasar por el servicio de habitación, se fue a una peluquería a raparse la cabeza. Después de eso estrello un coche en un parqué y dos horas más tarde robo otro taxi con un cuchillo. Se escapo y termino escondiéndose en un deposito de refrigeración de agua sumergido hasta la cabeza.
