Aunque parezca curioso, este instrumento de juego y vicio redondo y bicolor (casi siempre) puede alcanzar la velocidad de un transbordador espacial en su tramo más veloz. Mucho «pillo» ha optado por calcular e intentar preveer el número de la fortuna en numerosas ocasiones contando con velocidad, pendiente y materiales. Muchos lo han intentado pero casi ninguno lo ha conseguido, y el que lo ha conseguido está durmiendo en una habitación compartida con otro «pillo».
El juego presencial en España y en gran parte de Europa está perdiendo adeptos día a día. Esto no tiene otra causa que la accesibilidad de páginas que permiten el juego online, así nadie te ve, nadie ve lo que apuestas y no tienes que rendirle cuentas a nadie de tus actos… O quizá sí, a tu tarjeta.
