La capilla polaca Czaszek está construida con huesos humanos
La capilla polaca Czaszek es quizá la más tenebrosa que puedas ver. Fue construida en 1176 por el sacerdote dentro de la iglesia de San Bartolomé en Czermna. Está decorada con huesos humanos pertenecientes a víctimas de la Guerra de los 30 Años y de enfermedades como el cólera y la peste negra. En los techos y paredes priman cráneos y tibias de niños, debido a la alta mortalidad infantil, colocadas en forma de cruz formando una decoración considerada un arte, macabro para unos, original para otros.
Esta ‘afición’ se extiende a otros países como Rusia, Portugal, Italia o la República Checa, donde se encuentra el osario de Sedlec en el que consiguieron ensamblar los huesos de tal forma que crearon grandes candelabros. En España, concretamente en Valladolid, la iglesia de Wamba esconde los restos de lo que fue un gran osario en la Edad Media con más de tres mil calaveras. El nombre de la iglesia se tomó del que fue elegido como rey de la Hispania visigoda. Algunos estudios revelan que la intención era construir un lugar donde reposaran los restos de los monjes de la orden de los Caballeros de Malta.
Paleontólogos y antropólogos afirman que algunas de las ventajas de estas grandes colecciones de huesos humanos son el estudio de las enfermedades antiguas y las costumbres de épocas pasadas.