Un trozo del pastel de boda de Lady Di se subasta
Hace 33 años, un 29 de julio la Catedral de San Pablo de Londres se vistió de gala para celebrar la que sería la boda del siglo. Una jovencísima Diana de Gales aceptaba al príncipe Carlos de Inglaterra como su esposo.
Este fue el comienzo de la leyenda de Lady Di. Desavenencias con la Reina Isabel II, infidelidades, problemas alimenticios, un divorcio y una trágica muerte junto al hijo de un magnate egipcio rodearon su vida. Pero no fue todo desdicha. De esa relación nacieron dos hijos, Williams y Harry, ambos, el ojito derecho de su madre, numerosas acciones benéficas y de ayuda humanitaria, se convirtió en un icono de moda para las mujeres de la época, y creció un inmenso cariño del pueblo inglés por su princesa.
Tanto es así, que una fiel admiradora de Lady Di ha conservado un trozo de la tarta de su boda hasta ahora. Este pedazo se pondrá a subasta en unos días por la casa Christie’s en Londres con un precio de salida de 780 euros.
La noticia de la subasta ha causado sensación en muchos de los clubes de fans que Diana tiene en el Reino Unido y están dispuestos a ofrecer la puja más alta para llevarse este curioso objeto. Concretamente, uno de ellos radicado en la capital londinense y poseedor de una importante colección de piezas pertenecientes a la que fuera Princesa de Gales, ya ha comunicado que está dispuesto a ofrecer 100 libras más de lo que ofrezca cualquiera.
La tarta fue confeccionada por la Escuela de Cocina de la Marina Real, en HMS Pembroke, Chatham. Tenía cinco pisos, metro y medio de altura, pesaba unos 100 kilos y consistió en un ponqué cubierto de mazapán y glaseado, decorado con los emblemas familiares, el emblema de la Marina Real a la que pertenecía el príncipe y las iniciales C y D.
No fue el único pastel del banquete. Se sirvieron 22 tartas como postre. Precisamente, un trozo de una de ellas se subastó en 2008 por unos 1.400 euros.
En 2012, también se subastó otro trozo de pastel nupcial relacionado con la Casa Real inglesa en Los Ángeles (California). Esta vez pertenecía al pastel de boda del príncipe Williams y Kate Midleton.
La casa de subastas Julien Auctions fue la encargada de realizarla. Al final se adquirió por 4.160 dólares, unos 3.000 euros, por un comprador anónimo.