Un pueblo noruego coloca espejos para poder ver la luz del sol
Rjukan, un pequeño pueblo de 3.500 habitantes, está privado de la luz solar durante los seis meses de invierno debido a su ubicación geográfica, enclavado en la depresión de un valle del sur de Noruega.
Rodeado de montañas que le ocultaban de la luz, el pequeño pueblo verá por primera vez el sol durante el invierno gracias a la colocación de unos espejos gigantes. La luz se reflejará en tres enormes cristales reflectores, colocados en una colina a 400 metros del pueblo y controlados por ordenador para ajustarlo a la luz solar a medida que esta cambia.
«La idea es un poco loca, pero la locura es nuestra marca», reconoce Oeystein Haugan , el coordinador local del proyecto. El coste de la obra ha superado los 635.000 euros.
Es la segunda vez que se instala un sistema como este. En un pueblecito italiano de Viganella ya funciona desde hace tiempo y se considera el primer sol de mentira del mundo.
Rjukan era un antiguo centro industrial que fue fundado como pueblo en 1095, gracias al compromiso de Sam Eyde, fundador del gigante noruego Norsk Hydro, que quiso aprovechar la enorme cascada para producir fertilizantes químicos.