Un paseo por los orígenes de las tragaperras
Ese delicioso sonido de las monedas cayendo y cayendo por debajo de la máquina tragaperras es un placer con algo más de un siglo de historia.
Quien concibió este maravilloso invento fue un mecánico alemán de nombre Charles Fey. Su creación data de 1896, cuando apelando a una serie de mecanismos concibió la primera máquina a la que bautizó “Liberty Bell” o “Campana de la Libertad”, apelando a una imagen muy presente en el ideario cívico de los norteamericanos.
Se trataba de una máquina de tres rodillos cuyos símbolos eran los de la baraja francesa (corazones, espadas y diamantes), pero le agregaba una herradura de caballo (símbolo de la buena suerte) y el de la campana, que correspondía al premio mayor: 50 centavos.
No imaginó Fey que semejante invento lo volvería un acaudalado en muy pocos años. Tanto éxito tuvo la maquinita a la que se le ingresaban monedas por una ranura y se la accionaba mediante una palanca, que pronto se vio diseñando y construyendo nuevas tragaperras que comenzaron a poblar salones, boliches, tiendas de cigarros, barberías y burdeles de California. Interesante es que aún se conserva la primera máquina de Fey, la Campana de la Libertad, que puede verse en el “Liberty Bell Saloon & Restaurant” en Reno, Nevada.
Directo a Las Vegas
El divertimento comenzó a ganar espacio en todo el oeste de los Estados Unidos, pero tal vez su lanzamiento a la fama se haya dado en la década de 1940, cuando Benjamin Bugsy Siegel, un conocido promotor de juego a quien le gustaba orillar la ilegalidad, incorporó una gran cantidad de estas máquinas a su casino, el Flamingo Hilton Hotel de Las Vegas. El éxito fue inmediato, y con ello el invento comenzó a proliferar en los demás casinos.
Durante mucho tiempo se consideró a las tragaperras como una diversión demasiado sencilla, destinada más bien a las personas que no sabían de estrategias ni de cálculos de probabilidades en juegos más exigentes como el póker, la ruleta o el black jack. Pero la realidad se encargó de demostrar lo contrario, y con el paso de las décadas su popularidad no paró de crecer y de extenderse por todo el mundo.
En la actualidad los dispositivos mecánicos y luego electromecánicos han dado lugar a las flamantes tragaperras online, que también han inundado la red con sus magníficos efectos sonoros y sus atractivas animaciones.
Quizás el célebre Charles Fey jamás hubiera imaginado que en la actualidad su invento se podría jugar en tragaperras.org o en cualquiera de los portales que ofrecen una amplísima variedad de alternativas. La calidad, la originalidad y la seguridad de las nuevas plataformas, sin dudas son el mejor homenaje a Fey y a su célebre invento, la Liberty Bell.