Cuando lees que a alguien le ha caído un meteorito en la cabeza seguramente lo primero que pienses es que no ha quedado rastro de él, pero para la suerte de este pequeño no fue este el caso.
Su nombre es Steven Lippard, estaba jugando en el exterior de su casa cuando de repente recibió el impacto de un objeto en la cabeza el cual le causó una profunda herida en la cabeza.
Su padre pensó en un principio que la herida había sido provocada por un golpe de una pelota de golf o de un pájaro, pero cuando vio unas pequeñas piedras a su alrededor decidió llevarlas al laboratorio para analizarlas.
Las pruebas concluyeron en que las piedras que le golpearon eran metalicas, una señal de que podrían proceder del espacio.
Se esperan los resultados de unas pruebas químicas las cuales afirmaran de forma definitiva si estas piedras proceden o no de la estratosfera.
