El hombre entró a una sucursal en Nueva York y le entregó a la cajera una nota que decía «Tengo una bomba. deme algo de dinero ahora». La mujer le dijo que no iba a leer la nota y que si quería algo, debía cumplimentar un formulario de retirada de fondos.
Cuando el ladrón volvió a escribir su mensaje en el formulario, la mujer le pidó que pasara su tarjeta de crédito por el lector. Mientras, le comunicó en español a un compañero que estaba siendo robada. «Señora, no tengo tiempo para esto» fue lo que dijo el atracador antes de huir con un puñado de piruletas del banco.
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