Un hombre introdujo el pene en un tubo y los bomberos se lo salvan de la amputación
Dos bomberos de Granada salvan el pene a un hombre que lo había metido en un tubo de acero de 8 centímetros de longitud y dos de diámetro. Lograron cortarlo con una mini amoladora y evitar que los cirujanos tuviesen que amputar el órgano sexual.
El problema, según fuentes médicas, fue que al meter el pene en el tubo (de acero de 4 milímetros de grosor) como parte de una práctica sexual, tuvo una fuerte erección y, sin tiempo a reaccionar, el cilindro le estranguló el órgano sexual de tal forma que le produjo una gran inflamación que, a su vez, impedía que bajase la erección, con lo que era imposible sacarlo.
La situación llegó a tal punto que el glande, que se encontraba fuera por el otro extremo del tubo, llegó a adquirir una longitud de más de 12 centímetros y un grosor de más de cuatro. Para los médicos había un evidente riesgo de gangrena y, por tanto, de peligro grave para el paciente, por lo que había que hacer lo posible por cortar el tubo, ya que la otra posibilidad era la de la amputación.
El quirófano de Urgencias fue solo del personal sanitario, sino que se compartió con dos bomberos. La intervención quirúrgica y de rescate del miembro atrapado necesitó de una hora y cincuenta minutos de un trabajo de una gran tensión, ya que hubo que manejar la pequeña fresadora de bricolaje de una forma lenta y con gran precisión para no dañar al paciente durante el corte longitudinal del tubo. Un falló podía provocar que toda la intervención fuese un fracaso y tuviesen que proceder a la amputación. Los bomberos indican que en muchas ocasiones han tenido que utilizar herramientas en situaciones de grave peligro para la vida de las personas, pero «en 25 años de servicio nunca he visto nada igual«, reconoce Soriano. De no intervenir bomberos y médicos, le habría costado el pene o incluso la vida.