Ocurrido en Rusia, un hombre manipuló el contrato que tenía con su banco sobre una tarjeta de crédito, el banco no se dio cuenta y lo firmó sin más.
Su nombre es Dimitry Argakov, tiene 42 años y se ha sabido aprovechar de lo que la mayoría de personas hacen, firmar documentos sin leerlos previamente.
En el año 2008 este hombre recibió una oferta no solicitada sobre una tarjeta de crédito, el hombre leyó el contrato y no le gustó la tasa de interés propuesta por su banco, asique decidió cambiarla al 0%, pero no contento con eso puso un crédito sin límite, en otras clausulas añadió que la empresa bancaria debería pagarle 91.000 dólares por cualquier cambio que realizara en el contrato, y 182.000 si daba por finalizado el mismo.
“El banco confirmó su acuerdo con los términos de mi cliente, le envió una tarjeta de crédito y una copia del formulario de solicitud aprobado”, afirma el abogado del hombre, “La línea de crédito abierta era ilimitada. Argarkov podía permitirse el lujo de comprar una isla en algún lugar en Malasia, y el banco tendría que pagar por ello por ley”.
Tras dos años aprovechándose de su contrato modificado, el banco decidió dar por finalizado el tiempo de vida de su tarjeta de crédito, y lo demandó por 1.300 dólares por derechos y cargos que con contemplaban su contrato.
El juez falló a favor de Dimitry alegando que el contrato es totalmente valido y que está firmado por ambas partes, el hombre ahora a demandado al banco por 727.000 dólares, alegando que rompió el contrato sin pagarle sus gastos de cancelación.
