Javier Pinto continua con su pasión de siempre: coleccionar consolas y videojuegos, dejando atrás los estudios y centrándose en seguir con esa colección, pese a que sus amigos y familiares se pregunten por qué se gasta tanto dinero.
Como este chaval ya perdió la cuenta de todo el material que tiene almacenado en un estrecho altillo prefiere entonces dar cifras aproximadas: “Yo creo que tengo unos 6.000 juegos, 300 consolas y 700 aparatos portátiles”, calcula a ojo.
El protagonista de esta curiosa historia abandonó sus estudios de electrónica para concentrarse en la colección y en la administración de una pizzería de su propiedad.
“Recuerdo que mi padre solo me dejaba jugar una semana cada seis meses. Era para evitar que me enviciara y descuidara mis obligaciones académicas”, cuenta Javier, que ha sido catalogado como el mayor coleccionista de consolas y videojuegos de Colombia.
