Hace dos años y medio, el veterinario Phillip Dupont cumplió 70 años; para su celebración, no realizó ningún viaje, ni tampoco se fue a jugar al golf o se autorregaló un coche. Lo que hizo fue invertir sus ahorros en clonar a su perro de 10 años de edad, una mezcla de dóberman y catahoula, que estaba mostrando estragos debido a su edad y Dupont, veterinario residente en Los Ángeles, no podía imaginarse sus próximos años de vida sin su amada mascota.
Para conseguirlo, Phillip pagó a la Fundación de Investigación de Sooam Biotech, en Corea del Sur, una cifra aproximada a 100.000 dólares. Él justifica su gasto diciendo que «yo no tengo aficiones como el resto de mis amigos, pero me encanta mi perro. Hicimos una votación familiar, e incluso mi hijo me dijo que ‘al menos vas a gastártelo en algo que te gusta'».
La la clonación de mascotas es algo extraño, pero en Estados Unidos está sumando clientes. Según la empresa Sooam Biotech antes mencionada, 80 perros han sido clonados para el país americano desde 2007. Y ViaGen, una empresa con sede en Texas que anteriormente tan sólo se especializaban en la clonación de caballos y ganado, ha dado el paso para empezar a realizar lo mismo con mascotas debido a la creciente demanda. La compañía americana ofrece un precio muy inferior a la empresa coreana, con un precio de 50.000$ en perros y 25.000$ en gatos: «decidimos entrar en este mercado ya que los clientes nos lo han pedido. Más de 30 personas están en proceso de clonar a sus mascotas, e incluso se ha creado una lista de espera», afirma el presidente de ViaGen, Blake Russell.
El proceso para clonar un animal doméstico es relativamente sencillo. Para ello, se toma una muestra de ADN de la mejilla o del estómago, y se inyecta en un óvulo. Hecho esto, se inserta en una madre de alquiler para que el feto pueda desarrollarse. Nueve semanas más tarde, una nueva de camada de uno a cuatro cachorros nacerá.
