Resuelven el «misterio» del triángulo de las Bermudas
Seamos sinceros: aunque de pequeños puede llegar a ser plausible creer que hay en una parte del mundo donde los aviones y los barcos desaparecen misteriosamente, cuando uno crece se da cuenta de la tontería que es.
Sin embargo, a pesar de su incongruencia, hemos visto cientos de historias y noticias sobre el triángulo. Pero afortunadamente, se ha conseguido explicar por qué es imposible que exista tal fenómeno.
Durante una entrevista con News Australia, Karl Kruszelicki -un conocido científico australiano- señala que el número de buques y aviones que desaparece en la zona es «el mismo que en cualquier otro del mundo sobre una ase porcentual». «Está cerca del ecuador, cerca de una parte rica del mundo, por lo tanto, hay mucho tráfico», añade.
Según Karl, el mito detrás del triángulo de las Bermudas comenzó cuando varios convoyes militares -y sus misiones de rescate subsecuentes- cayeron en la región entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial. Si a un conflicto de dichas características le sumamos el complicado clima de la zona, tenemos la ecuación perfecta.
Algunos de los pilotos que desaparecieron también cometieron errores catastróficos, como perderse frecuentemente, beber antes de volar, e incluso despegar sin el equipo de aviación adecuado.
Los cuerpos y los restos nunca se encontraron en la mayoría de los casos, pero esto no es sorprendente teniendo en cuenta que es un enorme campo donde buscar, además que las aguas son increíblemente profundas por aquellas zonas. Incluso hoy en día, los restos de aviones y barcos raramente se encuentran, a pesar de los masivos avances en los campos del reconocimiento y del rastreo.
Sin embargo, esta combinación hizo que se creara una leyenda. A pesar de que se sabe desde hace mucho tiempo que no existe nada místico entorno al triángulo, muchas hipótesis han tratado «explicar» estos hechos.
Más recientemente, mucha gente ha estado sugiriendo que las burbujas de metano que se levantan de debajo del mar han estado tragándose barcos. Aunque esto es algo científicamente plausible, hay un problema importante: no hay reservas de metano bajo las aguas del triángulo.