¿Realmente necesitamos el dedo meñique del pie?
¿Realmente necesitamos nuestro dedo meñique del pie? Y si no lo tuviéramos, ¿podríamos hacer todo lo que hacemos ahora con los cinco dedos? Caminar, correr, saltar…
«Si has nacido sin el dedo meñique del pie, o lo has perdido en un accidente, puedes hacer todo lo que quieras», afirma la doctora Anne Holly Johnson instructora en cirugía ortopédica en la Escuela Médica de Harvard.
Así pues, ¿por qué tenemos cinco dedos en vez de cuatro? La respuesta la encontramos en nuestra evolución. Según afirma Anish Kadakia, profesor asistente en operaciones protésicas en la Universidad de Northwestern, «los primates utilizan sus pies para agarrar, trepar e incluso manipular algunos objetos, pero los humanos ya no necesitamos esas funciones. Tenemos estos pies debido a nuestra descendencia primate y no le damos el uso para el que están preparados ya que ya ni saltamos de los árboles ni necesitamos agarrar cosas con ellos».
Mientras que nuestros pies ya no nos sirven para agarrar, sí que ayudan a mantenernos erguidos, por ejemplo. Para esta función, son especialmente importantes los huesos que conectan los dedos con los tobillos, los metatarsianos. El dedo gordo tiene dos huesos mientras que los otros cuatro contienen tres cada uno, que se conectan por cinco huesos largos llamados metatarsianos, uno para cada dedo del pie. La parte posterior se conecta a la parte medial por los huesos cuneiformes y los cuboides, conectados al astrágalo, un hueso del tobillo.
Segun el Doctor Wenjay Sung, «caminamos como un ‘trípode’, con tres puntos de apoyo que son el metatarsiano del dedo meñique, el metatarsiano del dedo gordo y el talón. Si quitas una de esas partes, se pierde el equilibrio».
Así pues, aunque el dedo en sí no es demasiado funcional en nuestra vida cotidiana, y no tendría demasiado problema el ser extirpado (a parte del propio trauma que pueda suponer perder una parte de tu cuerpo), la estructura que lo forma sí es necesaria.