¿Por qué nos besamos?
La ciencia trata de entender todo lo que afecte a los seres humanos; pero hay cosas que van más allá, como el amor. Aún así, se trata comprender esta compleja relación: la filematología, por ejemplo, el campo de estudio de los besos. A lo largo de los años, los investigadores han dedicado su tiempo a descubrir qué sucede cuando dos humanos se besan.
Las primeras escrituras datan del 1915, donde un grupo de investigadores analizó a chimpancés adultos con hábitos que parecían besos; pero en realidad se «alimentaban» con ellos, ya que obtenían comida premasticada gracias a este hecho. Eso condujo a una de las teorías más frecuentes acerca de por qué los humanos se besan: tal vez este comportamiento evolucionó a partir de esta forma de intercambio de comida.
Pero aunque algunos primates, como los chimpancés y los bonobós, se besan como nosotros, resulta que los humanos están completamente solos en el mundo animal cuando se trata del deseo de besarse sentimentalmente. ¿Por qué? Podría ser nuestra forma de transmitir señales sobre la disposición y capacidad de aparearse. Dado que los humanos emiten señales químicas a través de su saliva, los besos podrían ser el equivalente de, por ejemplo, orinar o hacer un baile, como otras especies.
La saliva contiene químicos relacionados con el sexo, como la testosterona, y la membrana mucosa de la boca es susceptible a dichas hormonas.
En 2007, un grupo de científicos sociales encuestó a más de 1.000 universitarios sobre sus preferencias a la hora de besarse. Descubrieron que a los hombres les gustaban los besos más pasionales que a las mujeres y plantearon la hipótesis de que los varones, que «generalmente son menos sensibles a las señales quimiosensoriales», como afirman los mismos expertos, podrían necesitar entrar en contacto con abundante saliva para determinar si vale la pena aparearse con una mujer.
Para cualquiera que desee ser besado, puede consolarse con el hecho de que, en general, la cultura del beso no está tan extendida como se cree; aunque se considera un hecho de unión sentimental y sexual, un estudio de 2015 publicado en American Anthropologist publicó que solo el 46% de las 168 culturas humanas que se estudiaron se besaban.