Tres son los Reyes Magos: Melchor, que provenía de Europa y que es un varón anciano de pelo y barbas bñancas, Gaspar, el más joven de los tres, con melena rubia y natural de Asia, y Baltasar, de mediana edad, de origen africano y de piel oscura.
Según cuenta la tradición,el trío emprendió un viaje siguiendo la estrella de Oriente, que iba a dar con el lugar de nacimiento del niño Jesús. El Evangelio de Mateo, que relata la llegada de los Reyes(nombrados como ‘sabios’) al pesebre, nos cuenta que ofrecieron oro, incienso y mirra al recién nacido.
Es habitual creer que el orden de los regalos sea el mismo con el que nombramos normalmente a los Reyes Magos (Melchor, Gaspar y Baltasar), pues muchas personas creen que fue Melchor quien entregó el oro, pero en realidad (o así indican algunos escritos) fue Baltasar quien agasajó al pequeño y a su familia con el metal precioso.
El porqué de cada regalo tiene también su explicación: Baltasar entregó el oro a Jesús ya que éste era considerado el ‘Rey de Reyes’ y ese presente era el que estaba destinado para los grandes monarcas y los altos dignatarios. Gaspar, por su parte, dió a Jesús incienso, pues al tratarse del ‘hijo de Dios’ y de ser por ende una divinidad, se le tenía que rendir culto en los altares quemando incienso.
La mirra, entregada por Melchor y siendo uno de los regalos que menos importancia parece tener, tiene en verdad un motivo algo tétrico. El Rey le ofreció la mirra a Jesús porque era y hombre y como tal moriría joven, siendo ésta resina necesaria para que María, su madre, pudiese ungir el cuerpo sin vida cuando llegase el momento del deceso.
