Hay muchas palabras en nuestro vocabulario que simplemente aceptamos y nunca nos hemos percatado de su singularidad ni nos hemos preguntado por qué se llaman de esa forma. Ese es el caso de la guantera del coche.
En el siglo XVIII aparecieron los primeros automóviles. Los coches de aquella época, evidentemente, distaban mucho de lo que son hoy en día. El avance de la tecnología ha permitido una mejora en todos los sectores, también en el automovilístico.
A finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, los coches tenían una caldera de vapor que funcionaban como una locomotora. Por ello, desprendía mucho calor, y al conducir un automóvil debían ponerse unos guantes para no quemarse con el calor de la caldera. Obviamente, los guantes se guardaban en la “guantera”, ese espacio que hay delante del asiento del copiloto para guardar objetos. De ahí que comenzará a llamarse “guantera” y que esa costumbre permaneciera hasta nuestra época.
