Casi todos llevamos tejanos; son cómodos, la gran mayoría son ahora elásticos, y son muy resistentes. Aún así, sea el tejano que sea, es muy probable que tengas algunos con unos pequeños botones de metal a cada extremo de los bolsillos.
La historia comienza en Estados Unidos. Un sastre llamado Jacob Davis solía reparar con frecuencia la ropa de los obreros de San Francisco. Ellos acudían al profesional con los pantalones rasgados, los bolsillos rotos y abiertos. Para poner solución a esto último, puso unos remaches de cobre en las esquinas para evitar que se arrancaran los bolsillos de los pantalones vaqueros.
Tras ver que eran resistente y funcionales, se acercó a su proveedor de telas, un tal Levi Strauss, que le ayudó a pagar la patente y configurar sus nuevos negocios produciendo pantalones con bolsillos remachados.
La robustez de los bolsillos con remaches se convirtió en un gran atractivo de venta para los hombres trabajadores de San Francisco, y tras esto, se popularizó entre los más elitistas dado a la capacidad de sujeción que proporcionaba a aquellos que guardaban en él relojes de bolsillo.
Para rematar la anécdota, el hilo de color naranja utilizado en Levi es también original. Según la historia, Jacob Davis quería que el hilo coincidiera con el color de los remaches; sin embargo, debido a una serie de terremotos y de incendios que sufrió la empresa de vaqueros, estos no se pudieron confirmar. Para seguir con la idea, hicieron un diseño distinto del bolsillo y un color distinto de hilo para diferenciar los tipos de pantalones.
