La persona que encontró el cuerpo fue su propia hija, la «momificada» llamada Anna de 86 años sufrió un infarto y murió de forma natural.
Su hija, Larisa, al ver que no se descomponía así que decidió no enterrarla ya que no tenia recursos económicos para el entierro. Larisa cubrió el cuerpo de su madre con mantas y después de un tiempo se dio cuenta que aparte no descomponerse tampoco desprendía olor y poco a poco se fue momificando solo.
Larisa, de 65 años, vio como la piel de su madre se oscurecía ligeramente y el cadáver encogía , Larisa comenta que probablemente ocurrió porque hace años su madre y ella tomaban shilajit en grandes cantidades, una sustancia que se halla en las montañas del Cáucaso, Altái y Tíbet y que tiene propiedades curativas y de conservación.
