Los tres Monos Sabios
Muchos conocen los tres Monos Sabios: el que no habla, el que no ve, y el que no oye (aunque no tiene un orden establecido). Este trío lo solemos asociar con que a veces es mejor no ver, escuchar o hablar para no meternos en problemas, pero en China, país originario de estos personajes, su función y significado es muy distinta.
La Leyenda de los Tres Monos Sabios, que como comentamos anteriormente se inició en China, alcanzó su máxima popularidad en Japón en el siglo VIII, donde se les consagró un templo, más concretamente el Templo de Toshogu, en Nikko. Sus nombres son Kikazaru (mono que no oye), Iwazaru (mono que no habla) y Mizaru (mono que no ve), y según cuenta la leyenda, fueron mandado por los Dioses con destino a la Tierra para delatar y juzgar las malas acciones de los humanos. Los Dioses les dotaron de una condición: cada uno de ellos tendría un defecto y dos virtudes, así como que cada uno tuviera una función dentro de del juicio a los humanos.
Kikazaru, el mono que no oye, era el encargado de ver las malas acciones de los humanos, para luego contárselas a Mizaru, el mono que no ve. La tarea de Mizaru era la de transmitir los mensajes entre Kikazaru y Iwazaru (mono que no habla), y este último escuchaba y juzgaba a los humanos cuando cometían un acto malvado.