Hace años, en el reino de Siam (territorio que hoy comprende Tailandia, Camboya y Laos) los monarcas solían entregar este tipo de animales como regalo para aquellos miembros de su corte que no resultaban del agrado del rey. El objetivo era arruinarles debido a que la manutención de este paquidermo era extremadamente costosa, ya que se requería alimentarle con comida especial y permitir el acceso a todo aquel visitante que quisiera venerar al elefante, considerado un símbolo del poder real. Todo esto suponía una gran carga económica para el súbdito.
En inglés y francés la expresión «elefante blanco» (white elephant y éléphant blanc) se refiere a una posesión valiosa pero pesada de la que el propietario no se puede deshacer y cuyos costes de mantenimiento son desproporcionados.
