Los neandertales nos hicieron madrugadores

¿Qué? Así es. Los neandertales nos hicieron madrugadores (al menos un poco). El material genético que heredamos de ellos propicia esa propensión. Lo revela un estudio en ‘Genome Biology and Evolution’.

Todos los humanos anatómicamente modernos tienen su origen en África hace unos 300.000 años. Allí los factores ambientales moldearon muchas de sus características biológicas. Hace unos setenta mil años, los antepasados de los humanos modernos de Eurasia empezaron a emigrar a ese continente. Allí encontraron con nuevos entornos, latitudes más altas con mayor variación estacional de la luz diurna y la temperatura.

Los neandertales nos hicieron madrugadores. ¿Cómo pasó?
Los neandertales nos hicieron madrugadores. ¿Cómo pasó?

Rasgos heredados

Otros homínidos, como los neandertales y los denisovanos, habían vivido en Eurasia durante más de 400.000 años. Estos homínidos arcaicos divergieron de los humanos modernos hace unos 700.000 años. Como consecuencia, nuestros antepasados y los homínidos arcaicos evolucionaron en condiciones ambientales diferentes. Esto dio lugar a la acumulación de variaciones genéticas y fenotipos específicos de cada linaje. Cuando los humanos llegaron a Eurasia, se cruzaron con los homínidos arcaicos del continente. Los humanos adquirieron variantes genéticas ya adaptadas a estos nuevos entornos.

Por ejemplo, las variantes genéticas arcaicas de niveles de hemoglobina a mayor altitud aparecen en los tibetanos. También la resistencia inmunitaria a nuevos patógenos, los niveles de pigmentación de la piel y la composición de la grasa. Los cambios en el patrón y el nivel de exposición a la luz tienen consecuencias biológicas y conductuales. Los entornos euroasiáticos tenían luz diurna más variable que el paisaje en el que evolucionaron los humanos modernos antes de abandonar África.

En los humanos, el aumento de la tendencia a madrugar se asocia a un periodo más corto del reloj circadiano. Es probable que esto sea beneficioso en latitudes altas. Permite una alineación más rápida del sueño/vigilia con las señales temporales externas.

Los ciclos circadianos heredados influyen aún en nosotros.

Madrugando

La tendencia a madrugar puede indicar una selección hacia un periodo circadiano más corto en las poblaciones que viven en latitudes altas. Ser mañanero era evolutivamente beneficioso para nuestros antepasados que vivían en latitudes más altas de Europa. Por tanto, habría sido una característica genética neandertal digna de preservarse.

Los neandertales nos hicieron madrugadores, porque rastros de sus ciclos circadianos permanecen en algunos de nosotros. A pesar de los cientos de miles de años de diferencia, siguen allí, en nuestra conducta, como un fantasma persistente.

Fuente Archaic Introgression Shaped Human Circadian Traits
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