Los epitafios más raros del mundo II
En la entrada anterior hemos visto los epitafios más curiosos de personajes históricos, pero no son los únicos. También existieron personas que no pasaron a la historia por sus hechos en vida, pero sí en muerte, al menos en esta web le daremos un reconocimiento a esos epitafios de personas anónimas que quisieron expresar su sentido del humor incluso después de fallecidas:
– “Cuando naciste reían todos y sólo tú gemías, procura que al morir sean todos los que lloren y sólo tú el que rías”. Epitafio de una tumba en el cementerio de la Almudena de Madrid.
– “Aquí descansa Pancrazio Juvenales (1969 – 1993). Buen esposo, buen padre, mal electricista casero”.
– “Gustava Gumersinda Gutiérrez Guzmán (1934 – 1989). Recuerdo de todos tus hijos (menos Ricardo que no dio nada)”.
– “Aquí descansa mi querida esposa Brujilda Jalamonte (1973 – 1997). Señor recíbela con la misma alegría con que yo te la mando”.
– “Aquí yace mi mujer, fría como siempre”.
– “Estoy muerto. Enseguida vuelvo”. Epitafio en el cementerio de León, España.
– “Aquí yaces y yaces bien, tú descansas y yo también”. Epitafio que puso un yerno en la tumba de su suegra.
– “Perdone que no asista a su entierro”. Epitafio de José, un señor que tenía por costumbre no perderse los sepelios de sus conocidos, en el cementerio de Águilas, Murcia.