Las zonas azules son el paraíso de la longevidad
Aunque las creencias señalan que la longevidad está ligada a diversos factores como el estilo de vida, la genética, la alimentación y el nivel de actividad física, existen en nuestro planeta regiones excepcionales que desafían estas convenciones. Conocidas como las “zonas azules”, estas son cinco áreas dispersas alrededor del mundo donde la población experimenta una notable longevidad, desentrañando así los misterios de la duración de la vida.
¿Cuáles son las zonas azules?
En las llamadas zonas azules viven las personas más longevas del mundo, llegando a los 100 años con frecuencia y en buenas condiciones físicas. Los cinco lugares donde las personas viven más tiempo son: Okinawa en Japón, Cerdeña en Italia, Nicoya en Costa Rica, Ikaria en Grecia y Loma Linda, California en Estados Unidos.
Un viajero del mundo bautizó a estos lugares como zonas azules. Fue durante un proyecto de exploración en 2004, se llama Dan Buettner, y además de viajero, es periodista.
En el año 2000, Buettner llegó a Okinawa con el objetivo de investigar la longevidad de sus habitantes. Fue allí donde decidió visitar otros lugares en el mundo donde los habitantes presentaban más longevidad.
Con un equipo formado por demógrafos y científicos recorrió los sitios donde las personas vivían más tiempo, con una alta calidad de vida en su vejez.
Coincidencias de las personas que viven en las zonas azules
Los habitantes de las zonas azules coinciden en varios aspectos:
- Se trasladan de un sitio a otro de la ciudad de forma natural, sin utilizar ningún tipo de vehículo. O sea, que no dependen de la tecnología para su traslado cotidiano y caminan para hacer sus compras
- Se preparan su propia comida.
- Cuidan de sus jardines, cultivan sus propias huertas o realizan artesanías. Esto los mantiene activos durante la mayor parte del día, y los obliga a hacer actividades físicas de menor intensidad.
- Las personas en estas zonas son positivas. El optimismo es parte integral de sus vidas, como lo es también mantener una creencia como una fe religiosa o espiritual.
- Cuando es necesario, toman una pausa en sus actividades diarias, para descansar y luego de un lapso de tiempo continúan con lo que estaban haciendo.
- Tienen un plan de vida y redescubren una vocación, que a su vez les ofrece un propósito para seguir adelante.
- Su dieta es consistente. A base de verduras, frutos secos, frutas y tubérculos. No se exceden en las comidas, comen con moderación. En meras palabras, comen para vivir y no viven para comer.
- No consumen alcohol ni tabaco.
- Valoran las conexiones familiares. Los habitantes de estas zonas felices dedican más tiempo a la familia que a su trabajo.
- Las tareas colaborativas son indispensables, fortaleciendo los lazos con la familia, y también con su círculo de amistades y vecinos.
Las zonas azules revelan un fascinante panorama donde la longevidad y la felicidad se entrelazan de manera única. La clave parece residir en la simplicidad, la positividad, el cuidado personal y las relaciones significativas. Las zonas azules no solo ofrecen pistas valiosas sobre la longevidad, sino que también destacan la importancia de cultivar un estilo de vida equilibrado y centrado en el bienestar.