Un nuevo estudio de la Universidad de Oxford determina que las personas con poca estatura tienen más probabilidades de caer en la paranoia y la inseguridad.
Sea cual sea su cultura, religión, raza o sexo, las personas bajitas son las que cumplen los patrones para ser paranoicas.
La inferioridad la sienten debido al recelo a quienes los rodean, se sienten inferiores y, a partir de eso, sumado a la baja autoestima, llega la paranoia. Estas personas son perjudicadas en el ámbito laboral y social, reciben sueldos más bajos y tienen escasas posibilidades de ascender a puestos importantes ya que se precisa como condición indispensable una altura mínima, por lo que además son concebidos como malos líderes.
«Ser alto está asociado con una mayor trayectoria y éxito en las relaciones sociales, cualquiera sea el ámbito del que hablamos. La altura en una persona es percibida como autoridad, pero a la vez, cuando nos sentimos seguros, nos vemos más altos de lo que somos en realidad», según el director de la investigación.
El estudio se baso en el análisis de 60 mujeres a las que se proyectó un vídeo con una visión de su persona con baja talla. El estado de ánimo de las féminas cambió, se sentían inseguras y tristes. Por ello, el estudio afirma que existe una relación más que evidente entre el estado de ánimo y considerarse una persona alta o baja.
