Una nueva investigación publicada en Nature como parte de un proyecto de identidad y respeto sobre el pueblo aborígena australiano ha revelado que los orígenes de dicha tribu podrían datarse en 50.000 años, cuando la masa de tierra australiana aún estaba conectada a Nueva Guinea.
El estudio, dirigido por la Universidad de Adelaida, y en colaboración con el Museo del Sur, se basa en 111 muestras de pelo que fueron recogidos por los antropólogos en la primera mitad del siglo XX. Al rastrear el ADN de estas muestras, los investigadores fueron capaces de indagar por la ascendencia materna y establecer un vínculo entre los aborígenes y una población que llegó a la actual isla hace 50.000 años.
No es el primer estudio que data los orígenes de los aborígenes en un tiempo similar, puesto que el año pasado ya se hizo público unas muestras de saliva de la población aborígena que establecía vínculos similares. La investigación, también publicada en Nature, abrió un debate en torno a si los aborígenes modernos son los descendientes de las antiguas tribus que habitaron y poblaron Australia por primera vez. Las investigaciones también observaron que los aborígenes australianos y los euroasiáticos comparten características genómicas y un ancestro africano común.
Ambos estudios ayudan a confirmar lo que era una evidencia arqueológica -según las herramientas recuperadas y el arte rupestre-: los aborígenes australianos son la civilización más antigua de la tierra.
