Las magníficas propiedades del huevo
Son el símbolo del principio, del origen de la vida. Se usaron como metáforas para explicar el nacimiento del universo. Y son uno de los alimentos más antiguos que existen. Tiene la mezcla perfecta de aminoácidos necesarios para construir tejido humano, solo superada por la de la leche materna. Las magníficas propiedades del huevo lo hacen fundamental para la existencia humana durante miles de años.
En el principio de todo
Múltiples religiones (egipcios, los griegos, los romanos y los incas) tienen huevos en el centro de sus historias de creación. En el sur de California, la historia de origen de la tribu Cahuilla compara la creación del Universo con el momento en el que se parte un huevo. La tribu Omaha de Nebraska e Iowa cuenta de la caída de un huevo en los océanos del mundo. Dentro de este huevo duermen todas las madres y todos los padres de todos los que aún no han nacido.
El caparazón está hecho de carbonato de calcio y tiene una textura irregular y granulada. Una sola cáscara de huevo puede tener hasta 17.000 pequeños cráteres y es semipermeable. Así permite que el aire y la humedad la atraviesen. Rodea a la yema, esa esfera repleta de alimento, y a la clara, la sustancia incolora conocida como albumen. Es uno de los materiales más extraordinarios y misteriosos de la naturaleza. Actúa como una barrera biológica y física. Para un microbio, viajar por la clara para llegar a la yema es como para un humano atravesar un desierto. No hay nada para mantener la vida. El albumen tiene más 100 proteínas antimicrobianas hasta el momento, y parece que hay muchas más por descubrir. Es un sistema de defensa milagroso… en una de las creaciones más frágiles de la naturaleza.
Los huevos no soportan las fuerzas desiguales. Se agrietan fácilmente cuando los golpeas al costado de un tazón. Esa debilidad es necesaria para el pollito; si no fuera así no podría atravesar la cáscara con su picoteo.
Las magníficas propiedades del huevo tienen que ver también con su forma. Es una estructura sin soporte interno sólido. Y es lo suficientemente fuerte como para proteger del mundo exterior una vida en su interior. Un huevo es capaz de soportar todo el peso de un animal adulto durante la incubación. Pero es tan frágil que permite que la cría se libere sola. Y es que aunque los huevos son más fuertes en los extremos. Su forma curva distribuye todo el peso de manera uniforme y minimiza el estrés y la tensión.
Arquitectura de huevo
Ya en el siglo XX los arquitectos lograron construir estructuras en forma de huevo a gran escala. Uno de ellos es ‘El huevo’ en Beijing, que tiene más de 1.000 metros cuadrados.
En Filipinas, durante la era colonial española -de 1521 a 1898-, la relación entre la arquitectura y los huevos fue de otra naturaleza. Los españoles llegaron a evangelizar y construyeron muchas iglesias… con claras de huevo. Las usaban para formar una especie de mortero, conocido como argamasa.
«Los registros muestran que la cúpula de la Catedral de Manila fue sellada en 1780 con una capa de cal, ladrillo en polvo, huevos de pato y savia de bambú», señala la historiadora filipina Pia Lim-Castillo.
«Fray Mariano Gomes de Cavite incluyó huevos de pato para el mortero en su lista de gastos de 1824. Su predecesor en 1808 también usó huevos de pato». La gastronomía filipina cuenta con numerosas recetas para postres hechos con grandes cantidades de yemas de huevo.
Tal vez, antes del gran Big Bang, solo había un huevo en el centro del universo.