Las damas de la Edad Media se bañaban dos veces al año
En las películas vemos a nobles acicalados y a bellas damas maquilladas, peinadas y enjoyadas. Todo fachada, pues en la Edad Media la higiene personal no era una prioridad.
Los médicos creían que el agua, sobre todo caliente, debilitaba los órganos y dejaba el cuerpo expuesto a los aires malsanos, y que si penetraba a través de los poros podía transmitir todo tipo de males. Incluso empezó a difundirse la idea de que una capa de suciedad protegía contra las enfermedades y que, por lo tanto, el aseo personal debía realizarse “en seco”, sólo con una toalla limpia para frotar las partes visibles del organismo.
Los médicos recomendaban que “los niños se limpiaran el rostro y los ojos con un trapo blanco, lo que quita la mugre y deja a la tez y al colortoda su naturalidad. Lavarse con agua es perjudicial a la vista,provoca males de dientes y catarros, empalidece el rostro y lo hace más sensible al frío en invierno y a la resecación en verano». Además, la Iglesia condenaba este acto por considerarlo «un lujo innecesario y pecaminoso».
Como ya hemos mencionado, el rechazo por el agua llegaba a los estratos más altos de la sociedad. Las damas más entusiastas del aseo se bañaban como mucho dos veces al año, y el propio rey sólo lo hacía por prescripción médica y con las debidas precauciones, así lo demuestra un relato de uno de los médicos privados de Enrique VIII: “Hice preparar el baño, el rey entró en él a las 10 y durante el resto de la jornada se sintió pesado, con un dolor sordo de cabeza, lo que nunca le había ocurrido… No quise insistir en el baño, habiendo observado suficientes circunstancias desfavorables para hacer que el rey lo abandonase”.