Las cabinas telefónicas ya son historia
Durante décadas, fueron parte del paisaje habitual de todas las ciudades del mundo. Hasta que llegó la disrupción de las nuevas tecnologías. Ya nadie las necesita, sin que nos demos cuenta, desaparecieron del paisaje urbano. Las cabinas telefónicas pasaron a la decadencia en la que caen los artículos en desuso.
Las cabinas telefónicas son parte del pasado
En España, una ley de telecomunicaciones marcó el final para ellas desde 2022. El fin para una historia de más de 100 años de convivencia con los ciudadanos de todo el mundo. Sin embargo, muchas personas ni siquiera notaron que ya no están y más difícil es contarles a los más jóvenes que alguna vez las personas formaban largas colas esperando el turno para hacer una llamada.
Las pintorescas cabinas conocen bien al culpable de su desaparición, el teléfono móvil, que también extinguió a las guías telefónicas. En Nueva York, la última cabina telefónica sobreviviente fue retirada en 2022. Hoy forman parte de la nostalgia.
En 2018, en España, había unas 17 mil cabinas activas y funcionando, aunque ya nadie las usaba. Para la empresa a que pertenecían, esto daba pérdidas. Sin embargo, para darles un poco más de tiempo, a muchas las reconvirtieron y les dieron otras utilidades.
En Nueva York, trataron de mantenerlas en el paisaje urbano, transformándolas en puntos de acceso WiFi. Otras, con conectores USB para recargar los móviles, puntos de información turística o para recarga de automóviles eléctricos.
Son parte de la historia de cada ciudad
Las cabinas telefónicas tienen su historia en cada país del mundo, estaban instaladas en todas las ciudades. Sin embargo, las cabinas rojas londinenses son las que prevalecen en el imaginario colectivo. Aquellas que utilizaba Harry Potter y sus amigos para infiltrarse en el Ministerio.
También formaron parte de otras películas, donde seguramente seguiremos viéndolas. En algunas como El Padrino, Charada, Superman, Los Soprano y tantas otras, eran protagonistas. Espías, delincuentes, fugados de la cárcel, amantes descorazonados, las usaban para hacer las famosas llamadas clandestinas, donde era imposible para la policía rastrear la llamada.
En España, si bien el primer teléfono público se instaló en el hoy Florida Park en 1928, la primera cabina propiamente dicha se instaló en 1963. Las primeras solo servían para hacer llamadas urbanas. Eran de aluminio y vidrio, funcionaban con un teléfono de fichas y tenían un soporte especial donde estaba la guía telefónica.
Los ciudadanos de hoy ya no las necesitan y por esto es que no forman parte del paisaje urbano. Fueron a parar al rincón de los recuerdos nostálgicos junto a los casetes de cinta, los vídeos en VHS, los rollos fotográficos y los videoclubes. Encuestas realizadas señalan que el 88% de la población actual, nunca utilizó una cabina telefónica.