Los preservativos normalmente son usados como una barrera de protección ante los embarazos y las enfermedades de transmisión sexual, pero el médico Vincent Tremayne ha publicado un artículo sobre los fetiches de los profilácticos en el que afirma que no es ese su único uso, si no que son objeto de deseo de algunas personas, sobre todo si ya están usados, llegando incluso a pagar por ellos.
Vincent explica que para aquellas personas que poseen este fetiche el placer se consigue incluso, “al mirar fotos o videos que muestren a personas consumiendo [el contenido] o masturbándose con condones usados”, mientras que los más extremos “buscan condones tirados para masturbarse o ingerir su contenido.”
Esta curiosa búsqueda lleva a las personas a los lugares en los que se supone que la gente suele tener sexo al aire libre, como zonas boscosas o aparcamientos, también se pueden comprar en internet, pues hay sitios especializados en la compra-venta de este curioso objeto.
El tener este fetiche puede conllevar unos graves problemas de salud, y peor aun las personas que buscan los preservativos que están en el suelo tirados, ya que puede que hayan permanecido al sol durante días.
